"De lo que nadie se ocupa"
¡Hola y feliz principio de semana!
Este lunes quiero hablarte de un libro que hace ya unos años les regalaron a mis padres unos amigos.
Tengo que decir que es una fotocopia muy bien encuadernada pero, para mí desgracia, no está la hoja donde dice quién es el autor, ni la fecha de publicación, ni la editorial, por lo que existen muchas incógnitas.
Lo que está claro es que habla de Hinojosa de Duero, de su cultura, su historia, sus gentes y sus campos.
En esta ocasión te voy a transcribir una parte del primer capítulo para que te hagas una idea de la época en la que se escribió y se desarrolla y poco a poco te iré mostrando las leyendas e historias curiosas que en el se relatan acerca de mi pueblo.
Bueno y esto es todo por hoy.
Sólo comunicarte que las publicaciones se irán de vacaciones, por lo que en estas fechas en las que todos estamos un poco atacados con comidas, cenas regalos y trabajo, no haré las publicaciones como las tengo organizadas.
Pero con el año nuevo, todo volverá a la normalidad.
¡Disfruta de las vacaciones y la familia!
¡Yo lo hare!
Este lunes quiero hablarte de un libro que hace ya unos años les regalaron a mis padres unos amigos.
Tengo que decir que es una fotocopia muy bien encuadernada pero, para mí desgracia, no está la hoja donde dice quién es el autor, ni la fecha de publicación, ni la editorial, por lo que existen muchas incógnitas.
Lo que está claro es que habla de Hinojosa de Duero, de su cultura, su historia, sus gentes y sus campos.
En esta ocasión te voy a transcribir una parte del primer capítulo para que te hagas una idea de la época en la que se escribió y se desarrolla y poco a poco te iré mostrando las leyendas e historias curiosas que en el se relatan acerca de mi pueblo.
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DE
LO QUE NADIE SE OCUPA
I
Quién es D. Guillermo Valdocoso. – Motivos de un viaje a
Madrid. Petición y concesión de audiencia.
D.
Guillermo Valdocoso, es el pseudónimo de un antiguo secretario de Ayuntamiento
de la provincia de Salamanca, que tuvo la curiosidad y paciencia de coleccionar
todos los defectos y vicios que observó en la Administración local, durante el
tiempo que desempeñó aquel cargo, sin otros fines que el de satisfacer sus
aficiones, y por si algún día tenía ocasión de ofrecer desinteresadamente sus
apuntes a quien pudiera remediar los precitados males.
Esto
dio motivo a que una tarde en que, como de costumbre, se hallaba nuestro
protagonista de tertulia en casa del Boticario de su pueblo, en unión del Sr.
Cura, del Médico, del Maestro y de algunas otras personas caracterizadas de la
población, le preguntase este último:
-
D. Guillermo, ¿ha leído usted hoy el periódico?
-
Sí señor- le respondió.
-
Pues entonces ya habrá usted visto que el
Gobierno persevera en sus propósitos de hacer grandes reformas en la
Administración pública.
-
Lo he leído, pero dificulto mucho que llegue a
realizarlas.
-
No sea usted tan pesimista; ahora va la cosa de
veras y debería usted ir a la Corte y ofrecer al Ministro de la Gobernación el
fruto de su experiencia y práctica de tantos años.
-
¡Ay señor maestro! Los Ministros pueden fijares
poco en los detalles de la Administración; todos sus planes se estrellan
siempre ante el estado y exigencias de la política.
-
¡Quién sabe!- añadió el Boticario; - los
periódicos no hablan de otra cosa todos estos días, y parece que el Gobierno
prepara una gran campaña. Animo, D. Guillermo, no deje usted pasar la ocasión,
y a la Corte.
-
A la Corte – Repitió el Sr. Cura;- ha llegado el
momento oportuno y debe usted aprovecharlo, otra conductora supondría en usted
una indolencia impropia de su entusiasmo.
Así pasaron algunos días, hasta que, al fin y al cabo, las
continuas excitaciones de sus contertulios movieron a D. Guillermo a venir a
Madrid; y ya en la capital, su primer acto fue pasar a visitar al diputado de
su distrito, para que la presentara al Ministro de la Gobernación; pero el
diputado se hallaba ausente, ante cuya contrariedad resolvió D. Guillermo
dirigir la siguiente carta al Ministro:
“Mi
respetable señor:
El que suscribe, exsecretario del
Ayuntamiento de Valdocoso, cuyo cargo ha desempeñado durante treinta y cinco años,
en vista de las reformas que se proyectan en la Administración pública, tiene
el atrevimiento de solicitar de V. E. una audiencia con el fin de ofrecerle los
humildes trabajos que tiene hechos con aquel objeto, y exponerle las
necesidades más sentidas en nuestros pueblos rurales, por si algo de ello
mereciese ser tomado en cuenta, anticipando a V. E. que no le guía otro móvil
que el de satisfacer sus constantes aficiones y servir desinteresadamente al
país.
Esperando sus órdenes
se ofrezca de V. E. con la más alta consideración, su atento afectísimo S. S.
Q. B. S. M.
Guillermo Valdocoso.”
S/c Carretas, 125, 2º
Esta carta fue llevada a su destino por un portero del
Ministerio de la Gobernación, paisano del Sr. De Valdocoso, quien aseguró a
éste que tendría un resultado satisfactorio. En efecto, al cabo de algunos días
recibió la siguiente contestación:
"El Excemo. Sr. Ministro de la Gobernación
B. L. M.
al Sr. D. Guillermo Valdocoso,
y le ruega se sirva pasar esta noche a las once por su despacho.
D. ...............................................................
Aprobecha gustos esta ocasión para exprearle la seguridad de su más distinguida consideración.
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Bueno y esto es todo por hoy.
Sólo comunicarte que las publicaciones se irán de vacaciones, por lo que en estas fechas en las que todos estamos un poco atacados con comidas, cenas regalos y trabajo, no haré las publicaciones como las tengo organizadas.
Pero con el año nuevo, todo volverá a la normalidad.
¡Disfruta de las vacaciones y la familia!
¡Yo lo hare!
Nos vemos en el 2015
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